FRAGMENTO: El Monsón
Se acercaba la noche en la isla
y decidí encender la fogata para mantener luz de día
al horizonte el mar enviaba un mensaje de mal temporal
con los días y meses que llevaba perdido entre océanos
confiaba que no pasaría de lluvia intermitente y aire fresco
Acostado sobre rocas que acompañaban el dolor de mi espalda
la luna se acomodaba hacia las 21:00 horas
y se iluminaba en su totalidad
dándole belleza única a las olas que rompían cerca de mi refugio
con una piedra en la mano haciendo cuentas
tratando de calcular que fecha estaría arribando o despidiéndose
quedando por motivos de azar o proximidad
el día 21 de septiembre de 2002
la luna llena me lo gritaba al oído
Estando observando la luna tratando de descifrar
el conejo enclaustrado en ella
y buscando si a estas horas saldría corriendo
el principito de Antoine de Saint-Exupéry
cayó la primera gota en la frente, la segunda en le brazo
y la tercera en la boca
lo que automáticamente me llevo a decir en voz alta
como si estuviera en las conferencias que solía dar
en las principales ciudades del mundo
"La luna se puede tomar a cucharadas
un pedazo de luna en el bolsillo es mejor amuleto que la pata de conejo
unas gotas de luna en los ojos de los ancianos ayudan a bien morir
lleva siempre un frasquito del aire de la luna para cuando te ahogues
y dale la llave de la luna a los presos, a los condenados a muerte
y a los condenados a la vida"
Recordando partes el poema de "La Luna" del CD
"Entre voces en Bellas Artes"
que siempre ocupaba un lugar en mi estéreo
para oírlo de ida o vuelta con los vidrios abajo
nunca logré aprenderlo completamente
tal vez esas gotas venían directamente del satélite terrestre
y venían a dar remedio o fin a mi naufragio
Cerré los ojos por instantes
y de pronto en segundos estaba cubierto con un fuerte torrencial
empapando toda ropa que cubría la salada piel
En vez de buscar refugio
comencé a brincar
y correr dando círculos a lo que quedaba de la fogata
abrí la boca para que mojara la lengua
y satisfacer dosificadamente
la ansiedad de agua dulce
Antes de que se extinguiera por completo la fogata
cogí un leñero y comencé a buscar una pendiente o cueva en la isla
que trajera seguridad cuando durmiera
Con la ayuda de la antorcha improvisada
a lo lejos se veía una cueva pequeña
que en minutos logré estar debajo para habitarla
ya estando dentro encuentro a un cervatillo nervioso
corriendo encerrado por todas partes
uno de los dos tenía que dormir fuera con la lluvia del monsón
por lo que de un salto caí sobre las patas traseras del animal
comenzando a dar vueltas para que
con las piedras que sobresalían de la cueva
golpearán la cabeza del cervatillo y dieran muerte repentina
Antes de diagnosticar que la lluvia tardaría días en irse
me senté en lo más profundo de la cueva y pensé en la muerte
tal vez hubiésemos podido compartir el espacio
o tal vez tendría que estar preparado para el día
en que me quitarán la vida
Fui incapaz de sacarlo de la cueva
honré su muerte haciendo guardia nocturna
y lo velé tres días y cuatro noches
hasta que la lluvia seso.
RABESH